Una lluvia tan grande de campanas
Por Manuel DE LA PUEBLA
Cuando el 9 de enero llamé por teléfono a Marcos para felicitarle por su participación en el programa Cultura Viva, del Canal 6, le dije: estoy leyendo tu libro de poesía, ¡felicitaciones! Éste es el libro que estaba esperando. Lo esperaba con preocupación, temiendo que por causa de la revista Exégesis, las clases, los viajes y la militancia por Vieques, la poesía quedase relegada a lo futurible.
Pero no, la obra estaba y me llegaba en hermosa presentación, con olor a tinta fresca, procedente de la Editorial Museo Casa Roig; realizada en una labor conjunta, cuidadosa y profesional. Y venía anunciada como una lluvia copiosa desde la metáfora del campanario, imagen extraña a primera vista, pero que muy pronto empecé a escuchar repiques familiares; unos, con tono de réquiem; otros, con unción de historia patria; los de asuntos de familia impactados por el sentimiento acendrado; también los sones que dialogan con un corazón solar, y los que pertenecen a un .códice secreto., además, los memoriales de Chile, la Alhambra y Vieques.
Muy pronto con la lectura fueron despertando los primeros textos poéticos de Marcos que llegaron a
mis manos; los conceptos personales, raigales, que expuso como respuesta al cuestionario para Poesía
joven en Puerto Rico, de 1981; el recuerdo de la aparición de los primeros tres libros suyos; dos de ellos
impresos, casi en forma artesanal, en la oficina de Mairena. Poemas registrados positivamente en la memoria,
más el impacto de lo nuevo; más particularmente de un conjunto de poemas mayores que aquí hallo:
firmes, seguros en el sentimiento y densos en la expresión. Y en la totalidad del libro, un punto significativo:
el reconocimiento de un itinerario dilatado en el tiempo, desde los primeros tres libros, seguidos de silencios
y de poemas publicados esporádicamente en algunas revistas, hasta la presente edición. Itinerario ahora
ante los ojos, con su carácter ascendente en lo que respecta a la calidad poética, a la intensificación en el
tratamiento de los temas y el dominio del lenguaje. Itinerario poético y humano que va desde que el poeta
salió para saber / como es lo hermoso.... con mi lamparita de aceite / por la carretera (hacia) la región
elegida / para el amor, hasta Los poemas del auxilio mutuo donde el diapasón se desgarró de espíritu.
El propio poeta conoce este camino y con sus mismas reflexiones nos ayuda a reconocerlo:
“Embarqué a la poesía cuando esa marejada grande de este fin de siglo inundaba las trincheras de la poesía sesentista, cerraba las centrales de todas las guajanas y recogía las velas hacia adentro. El arte revolucionario se transformaba en revolución del arte y derivaba hacia el arte de arte que es yugular del posmoderno.”
Se trata en realidad de caminos que se entrelazan; de uno que es histórico y de otro
interior; el que sigue la marcha general de la poesía en su contemporaneidad y el que refleja
la aventura personal, honesta y cómplice. El comprometido con la realidad o que
desea subvertirla y el que acompaña al hombre íntegro. Un camino marcado en una tierra
de preguntas, pero hecho, acompañado por los más prójimos, con un mar de respuestas.
En Una lluvia tan grande de campanas hay oficio y hay testimonio. Hay un reconocimiento
de y a los maestros: Eugenio María de Hostos, Francisco Matos Paoli, Francisco Manrique Cabrera, Luis Palés Matos, Pablo Neruda, César Vallejo y León Felipe. Y una línea de la página 148 que tomo como
conclusión: este abrazo a la canción es lo más importante. .Es lo que queda.: la poesía lograda,
comunicativa y a lo que añado lo que ya el poeta siendo estudiante había afirmado de la poesía: Has estado aquí, conmigo y con el hombre siempre... (tú que) no te entregas dócil a unas manos que no te traten con devoción de artesano; a quien no sea, como él, continuador de la obra y el espíritu de Hostos,
cuando dice:
despertaremos tu lámpara en la tierra
como una lluvia tan grande de campanas
y alas / y fuegos / y amor / y marejadas.
lunes, 25 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario