Poemas de la Luna Nueva
Liminar
Tengo ante mí
la imagen de una cumbre nevada.
No importa si es un cotopaxi
o un aconcagua
Lo importante es el azul sombrío
sobre el cual reposa la mudez absoluta
y el desierto blanco y helado
de una luna de clausura.
Los Poemas de la Luna Nueva
nacen como expresión de la caricia
de una carencia fundamental,
de una ausencia
que lame las heridas de lo perdido. Si hablamos de la carencia que acaricia
y de la ausencia que lame
es porque se ama lo perdido
y se le sueña.
En su rostro resplandece absorto
como una contemplación
y de la ausencia que lame
es porque se ama lo perdido
y se le sueña.
En su rostro resplandece absorto
como una contemplación
la presencia de lo amado
y a su luz
casi se toca aún
como un oasis de plenitud serena
casi se toca aún
como un oasis de plenitud serena
la línea melodía de su vientre
y de sus senos
Pero cuando lo amado se va...
queda sólo el congelado clamor
de un sinaí bramante
en la mudez de todos los desiertos:
¡la Luna Nueva!
Cuánta razón tuvo el poeta:
"en la vida todo es ir
a lo que el tiempo deshace":
la "Amada inmóvil".
y de sus senos
Pero cuando lo amado se va...
queda sólo el congelado clamor
de un sinaí bramante
en la mudez de todos los desiertos:
¡la Luna Nueva!
Cuánta razón tuvo el poeta:
"en la vida todo es ir
a lo que el tiempo deshace":
la "Amada inmóvil".
Del amor y del sueño
el azul sulamita de la Maja.
Del sueño y la espera de Ítaca
el desvelo de Ulises
que contempla
sobre la bóveda del cielo
en la noche estrellada
las huellas incesantes
del taco ciego
que busca a la deriva
y deja tras de sí
el paso furtivo de lo amado
Francisco de Goya (1746-1828) español, es el pintor que, sordo desde 1792, pintó la conocida serie de las tres majas, inicialmente llamadas las Gitanas.
Las dos más conocidas, la Maja Vestida y la Maja Desnuda, datan del periodo de 1800 a 1803.
La tercera, la Maja Azul, fue pintada después de 1810, tras las célebres obras dedicadas a la invasión napoleónica y los desastres de la guerra.
Por ellas, particularmente la tercera, la Inquisición intentó juzgar a Francisco por obscenidad. Goya, traspasado por los monstruos de la realidad escalofriante que desplazó de ilusiones todas su entorno, se come a sí mismo como yo , hijo y Saturno a un mismo tiempo.
La Luna Nueva es siempre
antes que nada,
lo que no es:
La Luna Nueva es siempre
antes que nada,
lo que no es:
evocación y nostalgia
el sueño y desvelo
de quien vive fuera de sí
como el reflejo de un sol perdido
en el azul del silencio.
el sueño y desvelo
de quien vive fuera de sí
como el reflejo de un sol perdido
en el azul del silencio.
Marcos
Reyes
Dávila
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario