viernes, 12 de febrero de 2010

Por una Sociedad de Escritores de Puerto Rico

Por una Sociedad de Escritores de Puerto Rico (SEPuR) 
y otra de 
Revistas Culturales Puertorriqueñas
   

    En febrero de 2005 la Revista EXÉGESIS celebró en la Universidad de Puerto Rico en Humacao un Simposio de Revistas Culturales-Literarias Puertorriqueñas dedicado a Nilita Vientós Gastón. Meses después publicamos un número especial de 184 páginas en el que dimos cabida a las presentaciones de todas las revistas que participaron, incluidas algunas extranjeras que nos acompañaron.  Ese número de EXÉGESIS, el 54-56, convite fraternal y solidario de las revistas culturales puertorriqueñas, fue y es un botón de lo que es posible hacer unidos. En la agenda de los trabajos se incluyó una asamblea para proponer la creación de una Asociación de Revistas Culturales Puertorriqueñas semejante a la española ARCE, que estuvo representada en nuestro simposio, y otras de otros países. Invitamos también a Redalyc, la red cibernética mexicana de revistas culturales latinoamericanas. La asamblea votó a favor de constituir la asociación y se eligió un comité timón. Nosotros no quisimos seguir al frente de los trabajos porque en este país siempre hay quien acusa a quien llama de querer ser rey. Desgraciadamente nadie en ese comité timón citó a reunión nunca. ¿Cuán arduo será en verdad crear una asociación que pueda poner a circular varias veces año todas las revistas culturales y producir páginas electrónicas e impresas que las promuevan?
    En marzo de 2009, el cincuentenario de la muerte de Luis Palés Matos, y la propuesta que nos llegó desde Chile de parte de su Sociedad de Escritores (SECh), para celebrar, en Chile, un Tercer Encuentro de Escritores Latinoamericanos con motivo del Bicentenario de la Emancipación de Nuestra América (2010), y dedicado al último reducto irredento de la patria latinoamericana, Puerto Rico, convergieron en la convocatoria de la Revista EXÉGESIS y el Departamento de Español de la Universidad de Puerto Rico en Humacao para celebrar el aniversario de Palés

Matos constituyendo una Sociedad de Escritores Puertorriqueños, idea que acariciamos y promovemos como una herramienta vital al menos desde el 2002, cuando publicamos en EXÉGESIS 44 las actas de un encuentro en Chile celebrado para constituir una Confederación Latinoamericana de Escritores.
    Al finalizar la conferencia sobre Palés Matos, los escritores
presentes, previamente registrados al llegar, reunidos en asamblea, eligieron un comité organizador con la encomienda de redactar un reglamento y las estipulaciones necesarias que permitieran constituir, tras una nueva asamblea constituyente, la Sociedad de Escritores de Puerto Rico (SEPuR), o como se decidiera llamarla.
    Una SEPuR amplia y sólida hubiera sido una conquista de envergadura para la nación puertorriqueña. No se trataba sólo, ni principalmente, de responder a la dedicatoria que nos ofrecía la SECh, y a través de ella, a los escritores de Nuestra América. Se trataba de construir un organismo de unión, de carácter gremial, dedicado a la defensa y la promoción, en Puerto Rico y en el exterior, del escritor puertorriqueño y de la literatura nacional. La invalidez, la ausencia, el insularismo si se quiere, la impotencia, en suma, a que nos somete un régimen que nos deja huérfanos de representación y respaldo internacionales, podía –y puede–  ser superada con un poco de voluntad compartida. La SEPuR que imaginábamos no habría de tener más  agenda política que la representación, defensa y promoción del escritor puertorriqueño.
       En días previos a la asamblea se levantaron voces de desafecto,  ya fuera en el plano pueril del amiguismo/enemiguismo, o ya sea en el plano de los debates ideológicos que excluyen, y que fingen desconocer o –lo que es peor– desconocen a los que no forman parte de su capilla, impiden el diálogo y la acción convenida. La Directiva del PEN Club de Puerto Rico,  que al principio endosó la idea, llamó repentinamente al boicot, como volvería a hacerlo seis meses más tarde a propósito del Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico que se celebró con rotundo éxito a fines de octubre (2009).  Otras voces turbias le hicieron eco, ya fuera de frente o tras el escudo del anónimo cobarde.
    El  13 de marzo de 2009 un pequeño grupo de escritores votó por constituir la nueva sociedad puertorriqueña de escritores.
La asamblea aprobó una moción presentada para constituir la sociedad y nombró un comité de seis escritores para redactar un proyecto preliminar de estatutos a ser discutidos y ratificados en una asamblea posterior. El comité, constituido por seis personas, se reunió varias veces, aunque nunca con la asistencia completa de los miembros, para redactar, a partir de los estatutos de la Sociedad de Escritores de Chile, los estatutos constituyentes de la Sociedad de Escritores de Puerto Rico (SEPuR).

    El trabajo quedó sin terminar. Queda sobre el tapete el llamado y
clanear de la campana.      
Se busca un grupo curtido en las luchas
patrias y con un corazón lleno de sueños y esperanzas.

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