Desaparecido
el benjamín de América
Cuando niño mis hermanos me alertaban
contra los indios escondidos en el campo
y los piratas en las playas
Indios no había
–lo supe más tarde–
mas los rubios piratas
nunca han dejado de azotar
como huracanes
las costas del Caribe
Los fantasmas que de noche
me amenazaban cuando niño
siguen por aquí
en pleno día
en los espejos del periódico
de las estadísticas mundiales
de los organismos internacionales
donde a veces
veo el rostro de mi patria
y a veces no me veo
Puerto Rico es una posesión
de tierra animales insectos
y algunos seres humanos que pastan
apaciblemente sus desganos
en un español transparente como el agua
Puerto Rico no es un pueblo
No son hombres y mujeres
que estudian y trabajan
sino tres simios que no oyen
no miran y no hablan
El cadáver de un país
que nunca ha sido
Un grito en lares y en jayuya
enmudecido de olvido
Una estrella que no encuentra
un lugar en el cielo
de sí mismo
Desaparecido
como los niños que buscan en las plazas
de casi toda américa
me quise Ramón Eugenio
Pedro Albizu o Pedro Páramo
Me llamé a mí mismo Zenón de Vieques
en el salón de honor
de la Universidad de Chile
porque sé que soy más importante que mí mismo
cuando hablo por mi país comala
ese pueblo habitado por muertos
donde mi pobre gente
como dijo Palés
muere sobre el páramo de nada.
Búsquennos las madres de la plaza de mayo
en argentina chile guatemala
Búsquennos las madres de la américa nuestra
todas las madres de américa
en asunción chihuahua y caracas
Búsquennos
hasta encontrarnos
y antes de cantar vivas a la libertad
fracturada en Puerto Rico
benjamín de Nuestra América.
Marcos Reyes Dávila,
desaparecido
desaparecido
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