martes, 4 de mayo de 2010

La demanda docente por una UPR democrática


La demanda docente por una
Universidad democrática


Está circulando entre los docentes un documento de reclamo de una “universidad democrática”. Aunque tengo resabios con algunas expresiones y modos, y aunque el documento se coloca al margen de la lucha por la sindicalización de los docentes, creo que es imperativo endosar el reclamo, y así lo hice.

El documento hace una lista de los síntomas de la presente crisis universitaria. Se mencionan allí, en sus primeros párrafos, fenómenos que hemos estado viviendo y contemplando con indignación inerte por demasiado tiempo como los siguientes:


amenaza con prescindir de una buena parte de los profesores/as por contrato,
con la eliminación de las exenciones de matrícula,
con reducciones dramáticas de las ofertas de verano,
con un cambio del máximo de cupo de estudiantes por sección,
con la eliminación de los descargues por investigación,
la congelación de ascensos


Ello, dentro del contexto intolerable de una “progresiva centralización de las decisiones externas a los departamentos y las facultades”, bajo el manto amplio de “un poder cínico que opera desde el simulacro de la participación”. La crisis, que las autoridades universitarias y políticas intentan reducir, desnaturalizándola, al control de los portones del Recinto de Río Piedras, pone en evidencia una política administrativa que niega absolutamente el “diálogo” y la participación de los sectores, criminaliza la protesta y la disidencia, y exacerba la intromisión política/partidista con su secuela de represión policiaca-judicial totalmente contraria a los valores universitarios. En el curso de Ética y Valores Universitarios, la administración merece, ciertamente, F y expulsión.

Muchos otros problemas tiene la universidad y tenemos los docentes. La crisis fiscal, sea la del gobierno o la universitaria, intenta ocultar los inmensos recursos que aún posee el estado y la universidad, y lo que con ellos puede hacerse si se alteran las prioridades institucionales. Entre ellos están el plan de salud y la ausencia de reconocimientos y beneficios para los profesores jubilados. Que el gobierno no comprenda, por otra parte, que la tarea universitaria desborda la tarea del salón de clase, no es de extrañar. Ni siquiera la Junta de Síndicos parece comprender lo que significa la búsqueda del conocimiento y la creatividad. No hay diálogo productivo con una administración que no comprenda la naturaleza creadora de la gestión universitaria.


Buscar en estos momentos, sin embargo, una nueva ley universitaria que democratice y restituya la autonomía universitaria me parece demasiado pedir. No creo que haya posibilidad alguna con el gobierno del estado ni con la presente legislatura. La política de ellos es la fuerza policiaca, la fuerza antiuniversitaria, el ejercicio del poder.  La posibilidad real está en buscar eso
contra el gobierno y la legislatura con la fuerza de la sindicalización. Esa fuerza tiene que ser propia. Es decir, tiene que estar en manos de los docentes, pues no puede ir a caballo de la fuerza estudiantil ni de la HEEND. En este momento, sin los estudiantes y la HEEND, la fuerza de proyección de los reclamos docentes se esfumaría. No lo olvidemos.

Y ya que hay un solo patrono –la Junta de Síndicos– para todos los docentes del sistema, la unidad apropiada no puede ser una en cada recinto, sino una general. La irritación generalizada que produce el protagonismo excesivo de Río Piedras tiene que ser superada. No deja de ser cierto que Río Piedras es el principal centro docente, pero Río Piedras solo, no puede prevalecer. En la medida en que las demás unidades se unan perderá Río Piedras su protagonismo.

La sindicalización docente es el instrumento que debería salir como conquista en esta crisis. Por lo tanto, retitulo estas líneas de este modo: La demanda docente por una universidad democrática y sindicalizada

¡Cuánto contrasta la lucha docente con la estudiantil! 
Dice la Prensa el jueves 6 de mayo:


Reinventan su lucha los estudiantes


 Por Cynthia López Cabán /

Ante el estancamiento en las negociaciones, los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) arman un movimiento para recoger en una sola voz los reclamos de los 62,292 alumnos del sistema universitario.
(...)
Esta semana, estudiantes de diversos recintos se reunieron para crear una Coordinadora Nacional de Estudiantes para adelantar sus reclamos de forma concertada.
    “Queremos trascender la visión de recinto por recinto, y poder presentar una voz y movimiento unificado”, explicó Mariana Iriarte, miembro del Comité de Acción de Derecho y del Movimiento al Socialismo. Esta organización sirve varios objetivos. Permitirá a los estudiantes establecer una red de apoyo y ofrecerá un espacio para delinear estrategias comunes e intercambiar información.
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Ellos aprenden, rápido, en la lucha contra la realidad y con la experiencia.

La realidad muda su piel y su estructura cada día.
Ver esa mudanza de cada día es aprender, atajar, tomar la oportunidad por asalto.
Lo otro es morir.


Marcos 
Reyes 
Dávila

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