(Un Poema para Figueroa Sancha y Schatzanás)
Dicen los siglos
que el hábito no hace al monje
y tampoco hace a un hitler
un bigotito mono
Lo siento schatzanás
Cuando aplaudías ayer
la salida de la minoría
de la sala de sesiones en la legislatura
aplaudían también tus senadores
que no te aman
que te temen
que temen tu ira
y temen tu mirada
temen al otro
al figueroa sancha de las manos ensangrentadas
con los héroes
la sangre que corrió bajo la puerta
y ante sus ojos carroñeros
toda la noche
dibujándole un arpa
a la paz infinita de los cielos
Asesino eres
Asesino “federal”
y de Fortuño Schatzanás,
Figueroa Sancha
El del cerebro de chorlito
de puro corcho ligerito
hecho solo para tapar la inteligencia
¿Qué puede preocuparte a ti
lo que escriba la historia
con la sangre de tus manos
con los abusos de los niños que estudian
y creen en derechos civiles
y en derechos humanos
en la justicia
y en el servidor público
y que el gobierno es del pueblo
y que el sueño de democracia
tiene sabor a dulce y melodía?
Si tú no sabes del Coronel Riggs
el yanqui de las masacres
No, que no lean
que no estudien
que no sepan!
¿Qué puede precocuparte a ti Schatzanás
Figueroa Sancha de Fortuño
si apenas sabes leer
si no esperas que tus hijos y tus hijas
que tus nietos y tus bisnietas
conozcan de la sangre de tus manos
del hombre que dejaste desangrar toda una noche
de los chicos y las chicas de este pueblo
que hoy te odian y te desprecian
porque abusas de mujeres y de viejos?
No, un bigotito mono
no hace un Hitler
Cuando aplaudías ayer
la salida de la minoría
la minoría que debías proteger a toda costa
porque el respeto a la minoría
es lo que legitima a la mayoría,
cuando aplaudías ayer
mientras macaneaban las cabezas
de niños y de niñas
de maestros y de viejos
de mujeres y servidores públicos,
cuando aplaudías ayer
como Nerón ante los incendios y los gritos,
los gritos que subían uno a uno
los escalones de toda la casa de las leyes
que estremecían
uno a uno
los derechos humanos
los derechos civiles
los derechos ciudadanos,
mientras aplaudías ayer, repito,
los tiros y las detonaciones
aplaudías los asesinatos de Hitler
y los de Musolini
olvidabas las manos frías
de los muertos de Franco
de los muertos de Batista y de Trujillo
de los torturados de Pinochet
los torturados de Videla
los torturados de Bolivia
de los muertos de Honduras y Guatemala
de los negros e hispanos torturados
en Estados Unidos
en áfrica y el apartheid
olvidabas las manos decrépitas y famélicas
de todas las víctimas del estado
las manos aplastadas de Víctor Jara
que cantaba sólo para confortar
los torturados
Porque es el Estado
el Gobierno de Puerto Rico
el que a través de ti
Sancha Schatzanás
muerde como la Bestia bíblica
a los jóvenes de un país
que creía hasta ayer
creía hasta verte
hasta ver tu bigotito
la furia y tu macana
que los sueños tenían vida y corazón
Pero los sueños sangraron ayer
en las escaleras de la Casa de las Leyes.
Los sueños de una juventud violada
Marcos
Reyes
Dávila
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*Escrito justo ahora, espontáneamente.
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