Regreso a la Edad Media

P.R. -UPR -Mundo Occidental

Regreso a la Edad Media

 

Decía recientemente en una asamblea una catedrática del Recinto de Ciencias Médicas, que no sabía si lo que hace el gobierno es producto de la incomptencia, la mala fe, o de ambas cosas.

Oímos hablar de la crisis financiera en Puerto Rico, en Estados Unidos, en muchos de los países de Europa y otras partes, sin embargo otras economías experimentan alzas en un porciento de dos dígitos.

¿Quiénes se empobrecen y sufren los estragos de la supuesta crisis, ya sea en Puerto Rico, Estados Unidos, España y los demás? Siempre, siempre, la clase media y la clase profesional, porque esos sufren ahora cosas parecidas a las que siempre han sufrido los más pobres.

¿A quiénes entregó Wáshington miles de millones de dólares y a quiénes 300 dólares? Los miles de millones a las grandes empresas, bancos y entidades financieras. Los 300, a personas como usted y como yo.

La realidad patente, que no puede ser escondida, es que se ha ido eliminando la clase media en los países capitalistas, incluso los del primer mundo. Sin embargo, los dueños de las grandes empresas han experimentado ganancias nunca antes vistas. Se llama neoliberalismo. El regreso del capitalismo salvaje como fruto indirecto de la caída del bloque sovético.

Conclusión: El mundo se refeudaliza, regresa al vasallaje y a la vida encastillada de los poderosos. No es ninguna crisis: es un proyecto orquestado  por quienes cantan mientras arde Roma. En realidad no es un regreso a la Edad Media en cuanto la Iglesia y la religión no juegan ahora el papel central, protagónico de entonces,  aunque abunden los brujos que hablan como mesías. Pero sí en cuanto el poder se divorcia cada vez más del pueblo mientras una clase minúscula se hace dueño del planeta, y desde luego, de la vida de sus nuevos siervos.

La democracia es ya un mito insostenible en Estados Unidos y en muchos de esos países poderosos.
Hará falta repetir la Revolución a la francesa. Desempolvar la guillotina, y poner a rodar las
cabezas. Sólo entonces los gobiernos serán verdaderamente para el pueblo, del pueblo y por el pueblo.

Marcos 

Reyes Dávila