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Iu jaf de raig...
Leamos los Derechos
Leamos los Derechos
Fortunato Fortuño ha desbarrado mucho en estos últimos días.
Ha ido a España a homenajear al conquistador Juan Ponce de León que asesinó, genocida, la población autóctona, taína, de Puerto Rico. Nada ha de extrañar el hecho: Fortunato siempre ha estado contra el país de su madre, de los suyos, pues trabaja para quien los conquista y oprime, sea español en el siglo XV –hasta el XIX– o yanqui.
Ha declarado en España que “no todos tienen claro” que “Puerto Rico es Estados Unidos”. Empezando, supongo y cabe decir, por el Congreso, por la Corte Suprema norteamericana, por todos los presidentes desde 1898. Todos han repetido la célebre fórmula: “pertenece, pero no es parte de, Estados Unidos”.
Gobernados de manera colonial por casi 113 años, unilateralmente, Fortunato Fortuño magnifica sus errores desbarrando, pues llega a decir, y cito: “Somos Estados Unidos desde 1898", solo porque su ejército tronó en ese año sus cañones y sus fusiles para tomar por asalto y convertir en botín de guerra la nación y los puertorriqueños.
En la Universidad de Puerto Rico han arrestado en estos días a centenares de ciudadanos por desobediencia civil en defensa de la universidad. Los abusos y las violaciones de los derechos civiles hicieron ostentación, particularmente contra las mujeres. Dentro de ese contexto se reveló con toda transparencia la naturaleza de la aseveración de Fortunato.
Allí se vio que tan Estados Unidos somos que a un norteamericano arrestado en la Universidad de Puerto Rico por desobediencia civil tuvieron que dejarlo irse de inmediato porque nadie, en medio de un centenar de policías con sus altos oficiales, pudo declararle, 113 años después de la ocupación, sus derechos, eso que los americanos llaman “miranda warning”. No hay fracaso más estrepitoso para los norteamericanos, ni victoria más rotunda para la nación, que esta soberana lección puertorriqueña que ha dado la policía de Puerto Rico que dirige el FBI, con su completo vacío mental yanqui.
Dicen los medios que el jefe del FBI de la policía ordenó un entrenamiento inmediato que consiste en enseñarles a leer, fonéticamente, esos derechos, que es lo mismo que ponerlos a decir lo que no saben que dicen, como los esquizofrénicos.
Tras tanto crimen contra la nación, alguien debería leerle a Fortunato Fortuño esos derechos. ¿¿Deberán leérselos en español, o con la tarjetita fonética: “Iu jaf de raig...” ?? (Yo tampoco sé. ¿Así se dice?)
Ha ido a España a homenajear al conquistador Juan Ponce de León que asesinó, genocida, la población autóctona, taína, de Puerto Rico. Nada ha de extrañar el hecho: Fortunato siempre ha estado contra el país de su madre, de los suyos, pues trabaja para quien los conquista y oprime, sea español en el siglo XV –hasta el XIX– o yanqui.
Ha declarado en España que “no todos tienen claro” que “Puerto Rico es Estados Unidos”. Empezando, supongo y cabe decir, por el Congreso, por la Corte Suprema norteamericana, por todos los presidentes desde 1898. Todos han repetido la célebre fórmula: “pertenece, pero no es parte de, Estados Unidos”.
Gobernados de manera colonial por casi 113 años, unilateralmente, Fortunato Fortuño magnifica sus errores desbarrando, pues llega a decir, y cito: “Somos Estados Unidos desde 1898", solo porque su ejército tronó en ese año sus cañones y sus fusiles para tomar por asalto y convertir en botín de guerra la nación y los puertorriqueños.
En la Universidad de Puerto Rico han arrestado en estos días a centenares de ciudadanos por desobediencia civil en defensa de la universidad. Los abusos y las violaciones de los derechos civiles hicieron ostentación, particularmente contra las mujeres. Dentro de ese contexto se reveló con toda transparencia la naturaleza de la aseveración de Fortunato.
Allí se vio que tan Estados Unidos somos que a un norteamericano arrestado en la Universidad de Puerto Rico por desobediencia civil tuvieron que dejarlo irse de inmediato porque nadie, en medio de un centenar de policías con sus altos oficiales, pudo declararle, 113 años después de la ocupación, sus derechos, eso que los americanos llaman “miranda warning”. No hay fracaso más estrepitoso para los norteamericanos, ni victoria más rotunda para la nación, que esta soberana lección puertorriqueña que ha dado la policía de Puerto Rico que dirige el FBI, con su completo vacío mental yanqui.
Dicen los medios que el jefe del FBI de la policía ordenó un entrenamiento inmediato que consiste en enseñarles a leer, fonéticamente, esos derechos, que es lo mismo que ponerlos a decir lo que no saben que dicen, como los esquizofrénicos.
Tras tanto crimen contra la nación, alguien debería leerle a Fortunato Fortuño esos derechos. ¿¿Deberán leérselos en español, o con la tarjetita fonética: “Iu jaf de raig...” ?? (Yo tampoco sé. ¿Así se dice?)
Mas siempre me recuerdan estos anexionistas, no sé por qué, el poema "Lagarto verde" de Luis Palés Matos:
El Condesito de la Limonada,
Juguetón, pequeñín... Una monada
Rodando pequeñín y juguetón,
Por los salones de Cristobalón.
Su alegre rostro de tití
A todos dice: Sí.
-Sí Madame Cafolé, Monsieur Haití,
Por allí, por aquí.
Mientras los aristócratas macacos
Pasan armados de cocomacacos,
Solemnemente negros de nobleza,
El Conde pequeñín y juguetón,
Es un fluído de delicadeza
Que llena de finura el salón...
-Sí Madame Cafolé, Monsieur Haití,
Por allí, por aquí.
Vedle en el rigodón,
Miradle en el minué...
Nadie en la corte de Cristobalón
Lleva con tanta gracia el casacón
Ni con tanto donaire mueve el pie.
Su fórmula social es: oh pardón
Su palabra elegante volupté
¡Ah pero su alteza,
Jamás oséis decir lagarto verde,
Pues perdiendo al instante la cabeza
Todo el fino aristócrata se pierde!
Y allá va el Conde de la Limonada,
Con la roja casaca alborotada
Y la fiera quijada
Rígida en epiléptica tensión...
Allá va en grotescos ademanes,
Multiplicando los orangutanes
En los espejos de Cristobalón.
(Cambiemos a Haití por Puerto Rico, al francés
por el inglés, al condesito por el gobernadorcito
y a Cristobalón por Obama,
¡y las correspondencias son exactas!)
Que tomen nota en Washington de lo que significa
intentar la anexión de una nación latinoamericana.
Marcos
Reyes Dávila
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