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La NUEVA LUCHA DOCENTE
en la UPR:
Una ODA a la AutoMORDAZA
Recibí unos correos este fin de semana con nuevas propuestas para continuar la lucha del sector docente por una universidad pública y democrática.
Se habla de recobrar los espacios propios de diálogo y participación, y de vestir cintas negras.
En UPRH se anuncia la visita mañana martes, 8 de febrero de 2011, de la Junta de Síndicos, y se solicita a los docentes que se reúnan con ellos, los verdugos del planeta XJKQÑ y del garrote de palma.
Pregunté si habría protestas, piquetes, alguna reacción coordinada; pregunté si los docentes participarán de esas reuniones, y el silencio absoluto fue la única respuesta. En alguna reunión de destacados universitarios lo que oí fue una oda a la automordaza.
Ese silencio, contrastado con la lucha pertinaz, el tesón y la voluntad de sacrificio de los estudiantes y, sobre todo, las estudiantes, que viven cada día los riesgos de la libertad, me recordó el libro de versos de Josemilio González, un luchador incansable, que debió anticipar lo que vemos a comienzos de este año entre los docentes: la soledad absoluta.
Recordé, finalmente, una imagen animada que había visto meses atrás que ilustraba, proféticamente, lo que vemos hoy:
en la UPR:
Una ODA a la AutoMORDAZA
Recibí unos correos este fin de semana con nuevas propuestas para continuar la lucha del sector docente por una universidad pública y democrática.
Se habla de recobrar los espacios propios de diálogo y participación, y de vestir cintas negras.
En UPRH se anuncia la visita mañana martes, 8 de febrero de 2011, de la Junta de Síndicos, y se solicita a los docentes que se reúnan con ellos, los verdugos del planeta XJKQÑ y del garrote de palma.
Pregunté si habría protestas, piquetes, alguna reacción coordinada; pregunté si los docentes participarán de esas reuniones, y el silencio absoluto fue la única respuesta. En alguna reunión de destacados universitarios lo que oí fue una oda a la automordaza.
Ese silencio, contrastado con la lucha pertinaz, el tesón y la voluntad de sacrificio de los estudiantes y, sobre todo, las estudiantes, que viven cada día los riesgos de la libertad, me recordó el libro de versos de Josemilio González, un luchador incansable, que debió anticipar lo que vemos a comienzos de este año entre los docentes: la soledad absoluta.
Recordé, finalmente, una imagen animada que había visto meses atrás que ilustraba, proféticamente, lo que vemos hoy:
La Nueva Lucha por la UPR
según algunos:
según algunos:
¡De esta manera, el éxito en la lucha por una universidad democrática quedará garantizado, aunque nadie lo verá!
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El pozo
Luis Palés Matos
Mi alma es como un pozo de agua sorda y profunda
en cuya paz solemne e imperturbable ruedanlos días, apagando sus rumores mundanos
en la quietud que cuajan las oquedades muertas.
Abajo el agua pone su claror de agonía:
irisación morbosa que en las sombras fermenta;
linfas que se coagulan en largos limos negros
y exhalan esta exangüe y azul fosforescencia.
Mi alma es como un pozo. El paisaje dormido
turbiante en el agua se forma y se dispersa,
y abajo, en lo más hondo, hace tal vez mil años,
una rana misántropa y agazapada sueña.
A veces al influjo lejano de la luna
el pozo adquiere un vago prestigio de leyenda;
se oye el cró-cró profundo de la rana en el agua,
y un remoto sentido de eternidad lo llena.
Marcos
Reyes
Dávila
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