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Grecia,
la guerra contra los pueblos
y la rebelión
anti-neoliberal
Hace mucho sabemos que la presente crisis mundial que los neoliberales califican de financiera, es en realidad un proyecto agresivo del Gran Capital internacional para sobre- explotar los países del mundo aprovechando el hecho de que los trabajadores cada vez constituyen un factor estratégico que se reduce en la producción de los capitales, y de que su dominio en los medios y el fortalecimiento de la represión les permite aplastar las protestas y recurrir a la violencia institucional, incluso fascista, sin mayores riesgos.
En Grecia, según se ha revelado recientemente, el gobierno invierte cantidades extraordinarias en armamentos que no necesita como no sea para reprimir y reducir a polvo a los propios griegos. El FMI y la Unión Europea le impone a la fuerza a Grecia la adopción de nuevos recortes, despidos, privatizaciones, empobrecimiento creciente. Lo mismo ocurre en España, en Chile, en Puerto Rico y en muchos otros países. El Banco Mundial y el FMI redujeron a las llamas del infierno a la Argentina hasta que los argentinos decidieron desembarazarse de ellos.
Vemos, a pesar de la desinformación orquestada de los grandes medios noticiosos, el despido masivo de trabajadores;
vemos el desplome de los servicios de salud que alguna vez fueran derechos constitucionales;
vemos la privatización galopante de toda la riqueza de los estados que alguna vez fuera riqueza de los pueblos y ahora se entrega, se regala, a los grandes millonarios empresaurios;
vemos el uso rutinario de la fuerza del estado contra los ciudadanos;
vemos cómo crece la crisis social en todos los pueblos: la mendicidad, la drogacción, los asesinatos, los suicidios;
vemos la indigencia de los envejecientes y los desamparados;
vemos la marginación creciente de las grandes mayorías;
vemos la reinvención del estado en uno cada vez más restrictivo e identificado con "el partido".
Grandes economistas, e incluso premios nobeles en Economía han señalado que las medidas que se adoptan NADA tienen que ver con la solución de los problemas cuya causa se alega. Que es una pantalla falsa.
Lo que está detrás es el despojo de las masas, el empobrecimiento acelerado, la neofeudalización del mundo, la restricción cada vez más profunda de la libertad y de la democracia, la construcción acelerada de estados fascistas pro empresaurios.
El Gran Capital está en guerra contra los ciudadanos y contra los pueblos.
Urge reinventar, desde el pueblo, desde la IGUALDAD proclamada en la Revolución Francesa y en la americana, pero la IGUALDAD verdadera ahora, el estado, la democracia.
Indignados del mundo: ¡uníos!
Marcos
Reyes
Dávila