Mueren más soldados
de Estados Unidos
por suicidio
que en combate
Ernesto Carmona
Argenpress
Durante 2010 --y por segundo año consecutivo-- más soldados de Estados Unidos murieron por suicidio (468) que en combate (462). Los estragos del suicidio entre las tropas expedicionarias del imperio estadounidense fue la noticia elegida como la más censurada entre las 25 “historias top” seleccionadas este año por el anuario Censurado 2012, lanzado el 4 de octubre 2011 por el Proyecto Censurado que encabezan académicos de la Universidad Sonoma State de California y otras casas de estudios superiores, liderados por Peter Phillips y Mickey Huff, en colaboración con 105 profesores y 244 estudiantes de 19 universidades.
Esta noticia, ocultada celosamente por el aparato militar estadounidense, no fue publicada en ningún medio “importante”. Proyecto Censurado la obtuvo de diversas fuentes y autores independientes, la investigó, confirmó y validó. Entre otras publicaciones, apareció relatada por Chris Hedges, de Truthdig, el 21 de marzo 2011, bajo el título “Muerte y Después en Iraq” (http://www.truthdig.com/ report/item/the_body_baggers_ of_iraq_20110321) y por Cord Jefferson, de Good, el 27 de enero 2011, con el título “Más soldados de Estados Unidos mueren por suicidio que en combate en 2010” (http://www.good.is/post/more- us-soldiers-killed-themselves- than-died-in-combat-in-2010).
“Porque lo ignoramos, por favor háganos saber si usted… conoce alguna causa que induzca a la gente a cometer suicidio”, clamó el general Peter Chiarelli en el periódico Army Times (Los Tiempos del Ejército). El suicidio es una reacción humana trágica pero predecible cuando se es convocado a matar -y observa que sus amigos son muerto- en una guerra basada en mentiras, afirmó Chris Hedges. Quizás el hecho de ser forzados a empacar la carne destrozada de sus compañeros soldados podría ser otra razón que está influyendo en recurrir al suicidio.
“¿Empaque de cuerpos…? ¿Oyó alguna vez el término?”, preguntó Chris Hedges. “Éste es el trabajo de los soldados del Cuerpo de Marina adscritos a la Unidad de Asuntos Mortuorios de la base Al Taqaddum, Iraq: recoger y catalogar los cuerpos de infantes de marina muertos. Tamizan los restos de los soldados, recuperan las fotos del baile de fin de curso, obtienen las notas de suicidio y las cartas de amor y luego ponen todo, sus restos y efectos personales, en bolsas, cajas de metal y refrigeradores. La ex soldado Jess Goodell relató que un infante de marina fue llevado a la unidad mortuoria cuando todavía respiraba. Ella llamó frenéticamente a sus superiores, quienes simplemente respondieron “espera”. La mujer soldado observó mientras el marine murió. Cuando Goodell regresó a Estados Unidos, como a muchos otros le diagnosticaron depresión, abuso de sustancia, PTSD (Desorden de Stress Post-Traumático) y ansiedad profunda.
“Excluyendo accidentes y enfermedades, 462 soldados murieron en combate, mientras 468 se suicidaron. La diferencia de seis no es de ninguna manera extensa, pero el simbolismo es significativo y preocupante. En 2009, hubo 381 suicidios de personal militar, un número que también excedió la cantidad de muertes en combate”, escribió Cord Jefferson, editor de www.Good.is.
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El suicidio de soldados y la política de condolencias del presidente
Por Amy Goodman
El Presidente Barak Obama anunció recientemente que será revertida la política de larga data por la que se negaban cartas de condolencia del presidente a las familias de soldados que se hubieran suicidado. Los familiares de soldados muertos en combate reciben cartas del presidente. Sin embargo, el silencio oficial ha significado durante mucho tiempo el estigma de los que se quitan la vida. Esta medida significa un cambio de postura que se esperaba desde hacía mucho tiempo respecto al reconocimiento de la epidemia de suicidios de soldados y veteranos de guerra en este país, así como de la cantidad de heridas ocultas que deja la guerra.
La negación de cartas de condolencia en los casos de suicidio cobró relevancia a nivel nacional cuando Gregg y Jannett Keesling hablaron acerca del suicidio de su hijo Chancellor Keesling. Chance Keesling se integró al ejército en el año 2003. Luego de prestar servicio activamente en Irak, fue transferido a las Fuerzas de Reserva del Ejército y llamado nuevamente para prestar servicio en Irak en el año 2009. Los años de guerra habían dejado sus huellas en el joven de veinticinco años de edad. Como me dijo su padre, Gregg: “Fue entrenado para la reconstrucción de Irak. Era un ingeniero de combate entrenado. Operaba equipos grandes y amaba dirigir esos grandes equipos. Sin embargo, al final, fue entrenado nuevamente como artillero táctico para sentarse sobre un todoterreno militar, un Humvee. Y todo esto, porque en realidad allá no se estaba haciendo mucha reconstrucción.”
Cuando Chance Keesling regresó a su hogar, intentó acceder a un tratamiento psiquiátrico a través del Departamento de Asuntos de los Veteranos de Guerra. Su matrimonio había fracasado y sabía que necesitaba sanar. Rechazó la oferta del Ejército de recibir un pago extra de veintisiete mil dólares para servir nuevamente en Irak. Finalmente, fue de todos modos enviado a Irak. Dos meses después de ser desplegado nuevamente, Chance llevó su revólver a una letrina y se disparó. En el informe que emitió, el Pentágono consideró su muerte como “un incidente no vinculado al combate”. Cinco meses después de su muerte y sumando a la herida el agravio, el Departamento de Asuntos de los Veteranos envió una carta a Chance, la cual fue recibida por sus padres, solicitándole completar su “Reajuste post despliegue.”
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Sin comentarios. MRD
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