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U P R No basta decir NO ante el Golpe de Timón
En los últimas días se discute en los recintos, departamentos académicos, oficinas y pasillos de los Once Recintos el anunciado Golpe de Timón con el que el gobernador Fortuño pretende implosionar la universidad pública.
Parece casi unánime el rechazo a un documento que se caracteriza:
--Por la superficialidad de sus juicios
--La insuficiencia coronaria de sus análisis pueriles
--La soberbia y la intolerancia
--La falta de respeto y de aprecio a la universidad como proyecto histórico
--El desprecio a las Artes, las Humanidades y las Ciencias Sociales
--La participación en la gobernanza universitaria de los distintos sectores que la constituyen
--La desatención al estudio, hoy día tenue e insuficiente, por cierto, al estudio del entorno propio, nacional
--La incapacidad para el diálogo de las diferentes ideologías y puntos de vista,
entre otras muchas cosas.
Les decía ayer a los compañeros que atendían en las vistas celebradas en UPR-Humacao que este documento da la espalda a la imprescindible construcción de una universidad propia, nacional, que ponga en primer lugar el estudio de sí misma y de su entorno;
les decía que el golpe de timón es una guillotina de intervención política partidista, fascista, que no oculta sus intenciones de descabezar ideologías;
les decía que se trata de un proyecto para privatizar la vida académica erosionando de manera letal la libertad de cátedra; les decía que el modelo que se propone es uno dirigido desde fuera por un aparato intolerante de formación empresarial y mercantil dirigido a producir una mercancía y no a formar seres humanos "completos" y "libres" en el sentido hostosiano. Eugenio María de Hostos queda repetidamente exiliado en este proyecto totalmente ajeno al país, pues el documento no contempla en realidad a Puerto Rico. El Golpe de Timón intenta constituir la Intolerancia y la Obediencia Muda en los cimientos de la nueva universidad, y al así pretenderlo, la niega, la anula, la asfixia, la asesina.
Finalmente, le expresé a los compañeros que la iniciativa presentada que logró llevar la discusión de este documento a la comunidad universitaria fue afortunada, pero es del todo insuficiente. Lo es, en primer lugar, porque a los redactores y a los políticos que ven con buenos ojos el documento nos les importa nuestra reacción ni nuestra opinión, ya que de antemano saben que su propuesta es una agresión repudiable.
Propuse la celebración de un referéndum, como aquel que eligió a doña Margot Arce como rectora de Río Piedras hace varias décadas, en los Once Recintos, con el propósito de ampliar la discusión, difundir y aclarar las ideas, y animar nuevamente a la comunidad universitaria a crear los instrumentos necesarios para defender algo que es aún más importante que nuestra universidad: defender la democracia, la libertad, la creatividad, el país mismo.
Probablemente este año electoral no se produzca la legislación asesina, y si gana las elecciones el PPD quizás se posponga un cuatrenio su aprobación. Pero la corriente histórica en Puerto Rico y en gran parte del mundo se dirige inexorablemente hacia formas cada vez más intolerantes e impositivas, de modo que, o nos organizamos desarrollando instrumentos propios, o perecemos.
Ante esta agresión no hay escape. Este peligro nos compromete a todos. Jubilarse es como exiliarse o esconder la cabeza en la arena.
Marcos Reyes Dávila
¡Albizu seas!
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