ALBIZU SEAS
Marcos: En tu honor.
Fraternalmente,
Albizu seas, padre.
Albizu seas, hermano.
Albizu seas
en las vastas
planicies de América.
Albizu seas
en las altas montañas
y en los valles.
Albizu seas
en la nube que cruza el cielo
como un frágil velero.
Albizu seas
en las olas,
que embravecidas ,
golpean nuestras costas,
las dilatadas playas
y los fiordos.
Albizu seas
en la espesa yungla
y en los mares ignotos
donde nuestros héroes
combatieron.
Albizu seas:
Sandino,
Simón Bolívar,
Cuatemoc,
Lautaro.
Albizu seas
Agüeybaná,
Tupac Katari,
Tupac Amaru.
"¡Ccollanan Pachacutec!
Ricuyanceacunac yahuarniy
richacaucuta."
Ninguno estuvo
en un lecho de rosas,
sólo combatieron.
Albizu seas Bolívar
en la huella
que trazaron los abuelos.
Albizu seas Sandino
en la huella imborrable
de los precursores,
Albizu seas Agüeybaná, el Bravo,
como los héroes sin nombre
salidos de los Códices.
Albizu seas
Comunero de Colombia,
se llevaron tu oro,
se lo llevaron todo,
menos tu palabra.
Albizu seasTupac Amaru
Inga Iº, de Vilcabamba,
resistiendo en las espesas selvas,
entre orquídeas
de inigualable belleza
teñidas con su sangre.
Albizu seas
José Gabriel Condorcanqui,
mejor conocido como Tupac Amaru,
Tupac Amaru IIº,
desde la plaza del Cusco partieron
hacia los cuatro puntos cardinales
los cuatro caballos desbocados.
Albizu seas
Tupac Katari
y Bartolina Sisa
sitiando La Paz
con cuarenta y dos mil
quechuas y aimaras.
"Madre tierra, atestigua
como mis enemigos
derraman mi sangre",
firmado Tupac Amaru,
Caupolicán, Lautaro,
y dieciséis millones
de seres humanos
masacrados.
Pese a los brioses corceles
que sus pies y manos
dispersaron,
sus manos vuelven a juntarse,
sus pies vuelven a recorrer
el Altiplano,
vuelven a recorrer América,
desde las Islas hasta el Sur antártico.
"Naya saparukiw jiwayapxitata
nayxarusti waranga
waranganakaw kut́anixa."
Largas filas esperan tu paso
en las grandes Alamedas
y en los senderos
Albizú, hermano.
Están todos, aquí, esperando.
Las bellas muchachas,
con su lozanía,
los gallardos mancebos
con su pelo largo
y sus incipientes barbas,
están las madres con sus niños,
y los abuelos,
los pueblos originarios,
los primeros que armas
se alzaron,
están los que murieron
y los vivos,
están nuestros padres,
nuestros hijos,
los que alguna vez fueron derrotados,
pero siguen, se levantan,
brillan sus ojos, se han secado las lágrimas,
han vuelto, es un retorno eterno.
Están todos los que creen.
Albizu en la ruca de los indios,
Albizu en las chozas y en los bohíos.
Albizu en los suntuosos penthouses
de las urbes,
en las favelas y en los campanarios.
Albizu en nuestra memoria,
en nuestro corazón y en los escenarios,
en el poema que acusa,
en el verso que quema,
en el manifiesto que calcina
con la palabra libertad.
Albizu en todos los ritmos,
en los cánticos,
en las danzas sagradas
y en las danzas orgiásticas,
en la nostalgia y en los epinicios.
Albizu en los graffitis clandestinos
y en los grandes murales
de los empinados edificios.
Las paredes
se cubren con tu nombre,
padre,
mensaje relámpago
de innumerables manos ,
de anónimas manos,
de invisibles manos
milenarias, mil veces cercenadas,
pero no inactivas.
Ramón Emeterio Betances,
nos convoca.
Eugenio María de Hostos,
nos sostiene.
Lolita Lebrón
abre de nuevo el fuego.
Mari Bras despliega
lienzos y pendones
para llenar las calles de banderas,
de voces y de himnos.
Agüeybaná, el Bravo,
rasga la noche con su canto,
se acerca sigilosamente a tus oídos,
Albizu es la consigna, dice,
todos sus hombres están vivos,
soñando y combatiendo,
están vivos
incitándonos,
alentándonos,
provocándonos,
desafiándonos
a dar vida a los emblemas
para encender la chispa
que, mañana, seguro,
incendiará la pradera.
ÁNGEL PIZARRO. Santiago de Chile, 26.09.2011.
[*Escrito en respuesta a mi poema ALBIZU XXI .]
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