Trump:
todos los colores negros
El gobierno de Donald Trump muestra el extremismo –fundamentalismo– que anunciaban los presagios oscuros de su campaña. El gobierno de Trump se levanta con todos los colores negros de sus heraldos negros.
- El extremismo racial blanco.
- El rechazo de la comunidad hispano-mexicana.
- El rechazo de la comunidad musulmana.
- El extremismo empresarial y financiero que acota los derechos laborales.
- El extremismo empresarial y financiero que amputa los servicios salud a los desamparados.
- El extremismo empresarial y financiero que cierra su frontera a las relaciones ecónomicas internacionales.
- El extremismo empresarial y financiero contra los medios de comunicación, publicos y de noticias, que siempre proyectaron una política de derecha... insuficiente.
- El extremismo empresarial y financiero que se dirige primero a promover el miedo y el odio, y directamente hacia las masas desnutridas.
- El extremismo empresarial y financiero irreflexivo, impetuoso, soberbio, violento, de cachetada.
- El desdén y la abulia hacia los desamparados y la gente común.
- La construcción de un búnker cerrado de lugartenientes al margen de las instituciones del estado, incluidas las de seguridad.
- El desdén por la ley, la constitución, la diplomacia, interna y externa.
- La militarización y el rearme.
- El desmantelamiento de todo programa no rentable o enriquecedor para los empresarios y financieros.
- El desdén a la protección del medio ambiente y la crisis climática porque no es rentable ni enriquece a empresarios y financieros.
- Y LA DEFENSA DE LA TORTURA !!
La lista de propuestas del trumpazo es mucho más extensa. Todas recrean, en versiones modernas y adaptadas, las ideas y las actitudes del régimen nazi. La destitución, inmediata, de la Fiscal General de EUA, por considerar inconstitucional el decreto migratorio de Trump, es prueba irrefutable de la actitud soberbia y totalitaria de un alegado “presidente” y de un gobierno que debía ser republicano, es decir, de todos y para el bien de todos.
Llamar “nazi” a Trump es un anacronismo, pero no es desacertado. “Nazi” quiere decir en el lenguaje común “fascismo”. El régimen violento e intolerante del capitalismo extremo que se dirigió al exterminio físico de la clase trabajadora, de los disidentes, y de los judíos y no blancos. (En esta versión, los musulmanes, y los no blancos: latino-mexicanos y de tez oscura.)
Las medidas que toma su régimen serán más difíciles de combatir y de revertir porque no son un producto de la reflexión que tenga intención de persuadir y convencer, sino una expresión de prejuicios sembrados en la entraña y desde luego, con intención impositiva e inflexible. Las medidas tomadas de manera colectiva con consulta y consenso pueden ser revertidas. Pero no lo que es producto de la soberbia irracional de un sectarismo excluyente.
Para Trump ni siquiera las peligrosísimas instituciones de seguridad del país, ni el comando de sus fuerzas armadas son suficientes. Una nueva SS se construye al margen, y muy a la derecha, de la constitución marchita y de las instituciones imperiales del estado estadounidense.
Callarse, doblegarse y enmudecer solo conduce a los campos de exterminio.
Entonces, ¿qué es lo que hay que hacer?
Marcos
Reyes Dávila
¡Albizu seas!
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